Como es ya lugar común dentro de los nuevos sectores de la derecha latinoamericana, su retórica se muestra modernizante y comprehensiva de las problemáticas económicas, sociales y ambientales. También lo es su preocupación por el crecimiento económico y particularmente por la generación de condiciones propicias para que éste pueda alcanzarse. Dentro de ellas se encuentran el control monetarista de la inflación y la sostenibilidad fiscal, incorporados entre tanto en los ordenamientos constitucionales y legales, a fin de cumplir una función de organización y disciplinamiento de la conflictividad social y de clase mediante la pretensión de sujeción de la acción política a lo que es considerado "técnicamente correcto". A lo cual se agregan renovadas elaboraciones sobre el emprendimiento individual, como rasgo constitutivo y de creación de las nuevas dinámicas de la acumulación capitalista, con aparentes novedades en la que se le pone incluso color a la actividad económica, como en el caso de la llamada economía naranja.