El neoliberalismo está desprestigiado socialmente, pero no en crisis intelectual. Las críticas a los efectos sociales de las políticas económicas no han alcanzado a los modos de pensar: siguen predominando los parámetros teóricos y epistemológicos entronizados por las clases dominantes para imponer y legitimar la reestructuración neoliberal del capitalismo.
Lo que se ha llamado "pensamiento único" sigue incólume, aunque reciclado. La frase "pensamiento único" no es más que una constatación, formulada con eficacia impresionista e intención crítica, de que está operando la hegemonía ideológica de las clases dominantes. Es una descripción que no explica por qué ni cómo las ideas de los beneficiarios de este orden social desigual y excluyente se han impuesto como sentido común: palabras e ideas que parecen obvias, lógicas, naturales, que todos usan de manera coloquial para nombrar lo que "es". Sucede que la conocida afirmación de Marx de que las ideas dominantes son las ideas de quienes dominan en la sociedad, es menos tautológica de lo que parece, y más difícil de demostrar de lo que se cree. Y que hoy operan incluso para formular las críticas al neoliberalismo.
Lo que se ha llamado "pensamiento único" sigue incólume, aunque reciclado. La frase "pensamiento único" no es más que una constatación, formulada con eficacia impresionista e intención crítica, de que está operando la hegemonía ideológica de las clases dominantes. Es una descripción que no explica por qué ni cómo las ideas de los beneficiarios de este orden social desigual y excluyente se han impuesto como sentido común: palabras e ideas que parecen obvias, lógicas, naturales, que todos usan de manera coloquial para nombrar lo que "es". Sucede que la conocida afirmación de Marx de que las ideas dominantes son las ideas de quienes dominan en la sociedad, es menos tautológica de lo que parece, y más difícil de demostrar de lo que se cree. Y que hoy operan incluso para formular las críticas al neoliberalismo.
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