Los escándalos en torno a la mal llamada parapolítica se han acompañado de una incesante producción de comunicación que tiene como propósito principal interiorizar en la opinión pública la idea de que el fenómeno aludido no es más que un asunto de individuos. Éstos, movidos por apetitos de diversa índole, políticos o económicos, desviaron el camino, establecieron alianzas no santas con organizaciones paramilitares, y construyeron poderes locales con proyección nacional, que amenazaban además el poder legalmente constituido. Sería esa, otra de las expresiones de la "guerra contra la sociedad", que se argumenta con cierta vehemencia en algunos sectores de la intelectualidad del establecimiento.
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