El gobierno de Santos ha puesto en evidencia los alcances de la estrategia capitalista en el momento actual: Se encuentra en curso la continuación y culminación de un nuevo ciclo histórico de reorganización territorial de la acumulación, emprendido hace más de dos décadas y caracterizado en lo esencial por el ejercicio de la violencia estatal y paramilitar contra el mundo del trabajo. La impronta de tal reorganización ha sido la acumulación por despojo, la cual se ha servido de todo el andamiaje teórico, ideológico y político dispuesto por el neoliberalismo con el fin de garantizar un proyecto relativamente estable de dominación de clase, inserto en las dinámicas de la acumulación transnacional y sustentado en la (pretensión de) desestructuración violenta y permanente de las clases subalternas