La presentación del proyecto de acto legislativo que reforma el régimen constitucional de regalías ha generado un amplio debate nacional. Tal iniciativa gubernamental es otra pieza clave de una arquitectura financiera del Estado que privilegia la política neoliberal de la estabilidad macroeconómica, esto es, de la seguridad económica demandada por los inversionistas y el gran capital, sin consideración alguna por sus comprobados impactos negativos sobre la población trabajadora.
La creación del Sistema General de Regalías, resultado esperado de esa reforma en proceso de trámite en el Congreso, representaría un paso adelante en la constitucionalización del proyecto político-económico del neoliberalismo en nuestro país y se une a otros diseños constitucionales y legales concebidos con el mismo propósito1.