De acuerdo con lo establecido en la Constitución, a más tardar, el 7 de mayo del año en curso, el Plan Nacional de Desarrollo se encontrará aprobado por el Congreso. Como ha sido usual desde que los planes adquirieron fuerza de ley, las bancadas mayoritarias del Congreso acompañan, sin mayor controversia, el proyecto de plan presentado por el gobierno. El plan de la Prosperidad para todos no será la excepción.
A la aprobación del Plan le seguirá la disputa por la contratación que se deriva de él. El ciclo por la apropiación privada de dineros públicos continuará su curso. Los empresarios favorecidos serán probablemente otros. El país escuchará de los sucesores de los Vélez Sierra o de los Nule. Seguramente se hablará de nuevos cacaos y también de nuevos cacos. La corrupción, otra de las formas de la acumulación no legal de capital, mostrará su carácter consustancial a las condiciones de la reproducción capitalista