Como parte de los múltiples esfuerzos por aproximar una caracterización de la inédita movilización social que se ha vivido en Colombia desde el 28 de abril, pretendo desarrollar en este texto -sobre la base de que se ha tratado esencialmente de una rebelión social, más que de un paro en el sentido clásico del termino- algunos planteamientos orientados a mostrar la naturaleza productiva de ese proceso, a fin de contribuir a los debates sobre la perspectiva política y las nuevas condiciones que se han habilitado para las luchas sociales y de clase y, con ello, para las posibilidades de cambios más profundos en la sociedad colombiana.
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