La posibilidad de una solución política del conflicto social y armado ha adquirido un nuevo aliento con la firma de un segundo acuerdo parcial entre la guerrilla de las FARC-EP y el Gobierno nacional. En efecto, al anunciado acuerdo sobre el primer punto de la Agenda sobre "Política de desarrollo agrario integral", se le suma ahora el de "Participación política", correspondiente al segundo punto.
Para el pueblo colombiano, que por décadas ha tenido las legítimas aspiraciones de paz con justicia social, se trata de una buena noticia, pues se ha puesto en evidencia que fuerzas antagónicas, las representadas por la insurgencia armada, por una parte, y las del Estado, en cabeza del gobierno de Santos, por la otra, avanzan en la construcción de un acuerdo político que –de prosperar y llegar a un feliz término– contribuirá sin duda a generar nuevas condiciones para una transición política hacia la mayor democratización económica, política y social del país.