Muy movida ha estado la política colombiana en el pasado reciente. Son diversos los acontecimientos que permiten aproximarse a una definición más clara de la comprensión que sobre la política se tiene en la administración del Presidente Samper. Dos ejemplos ilustran ese propósito: el tratamiento a las diversas formas de expresión de protesta ciudadana y la posición frente a la certificación condicionada del gobierno de Clinton para el «apoyo» norteamericano a la lucha contra el tráfico de drogas.
Pese a que en el plano discursivo, el gobierno de Samper dice orientarse por una política de concertación -incluso sindicalistas adherentes al «Pacto Social» así lo creen-, la praxis reciente del movimiento popular registra lo contrario.
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