El proyecto de dominación de clase no pasa por su mejor momento. La relativa cohesión exhibida por el bloque hegemónico en el poder durante los últimos lustros muestra fisuras en forma repetida y no es descartable una ruptura entre las facciones que lo componen. A las alianzas que llevaron al triunfo electoral de Santos, le siguieron reiteradas manifestaciones de diferencias una vez posesionado como Presidente y, más recientemente, se aprecia lo que podría ser un reacomodo definitivo. Todo indica que las facciones que han venido conformando el bloque en el poder se aprestan a una dura contienda con miras a las elecciones presidenciales y del Congreso en 2014.
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