La situación de crisis y virtual extinción de las sociedades socialistas de Europa Oriental ha generado un sinnúmero de reflexiones acerca de la perspectiva histórica de un proyecto que durante décadas apareció como la opción a los problemas provocados por las formaciones socioeconómicas capitalistas. En efecto, la configuración de un sistema de sociedades socialistas, particularmente después de la segunda guerra mundial, representó la posibilidad real de negación de las fuerzas destructoras de la naturaleza y el hombre, inherentes a las formas capitalistas de producir. El ideal marxista de una nueva sociedad que eliminase la explotación integral del individuo, que ya había recorrido sus primeras décadas desde la revolución bolchevique, parecía consolidarse en un proyecto histórico que llevó incluso a la formulación de una teoría de la crisis general del capitalismo y de la irreversible transición del capitalismo al socialismo en este siglo.