Luego de cierta homogenización en las orientaciones de los proyectos políticos neoliberales en América Latina durante la década de los noventa, de un orden que devino en hegemónico, particularmente hasta el primer lustro del siglo XXI, se han hecho más notorias las tendencias a la crisis y lo que antes parecía avanzar a pasos agigantados en dirección a una "sociedad continental del mercado" (por ejemplo, a través del ALCA), se ha convertido en un proyecto resquebrajado (que se niega a la derrota) por un renovado movimiento social y popular en ascenso, la irrupción –en unos casos- de gobiernos de la llamada centroizquierda y, en otros, de incontrovertible orientación popular. En la mayoría de los países latinoamericanos se han producido entre tanto derrotas electorales de los proyectos neoliberales; así mismo, en algunos casos han ocurrido levantamientos populares con marcados rasgos insurreccionales. Independientemente del curso definitivo y del desenlace de los procesos políticos que hoy se consideran alternativos al neoliberalismo, los cuales en su gran mayoría no son anticapitalistas, lo cierto es que el campo político ha cambiado de manera significativa en América Latina. Colombia pareciera –en ese contexto- representar una excepción.